Un ambiente festivo, pueblerino, con mucha música electrónica, recitales de poesía, y acompañado por una invasión de poetas argentinos y propagandas altermundistas inundaron el imaginario de inmigrantes, proletarios, niños y peatones que viven en la comuna de Quinta Normal. La casona Dubois resultó ser un parque y una edificación maravillosa para la realización del evento, lamentando únicamente la falta de conectividad con el transporte público.
El tributo a Yuri Gagarin fue lo mejor de la jornada, tan bueno fue que Lost Astronautas cantaron excelente, sin chillar, y la omnipresencia del Theremin nos transportó a otras orbitas. La organización se portó muy bien con todos, nada malo que decir.
La firma de un contrato de confidencialidad con una reconocida editorial, además de alianzas editoriales que en su debido tiempo serán informadas, y por supuesto, una nueva propuesta novelística de Pablo Rumel fueron la coronación de una jornada fraterna y amistosa.
Ahora estamos finiquitando detalles para la cumbre de fanzines, con muchas sorpresas para todos los lectores. Nos vemos en la Biblioteca de Santiago.
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