- La ciencia-ficción como objeto y tema.
Pablo Rumel dice en una entrevista
sobre su novela: “Es una mixtura
que vista desde muy lejos (o muy cerca) se emparenta con la novela
negra y la ciencia-ficción. Combina ambos elementos en diversas
dosis, aunque no me gusta catalogar lo que hago, pues me salió la
novela de esa forma. No hubo una intención deliberada, hecha
totalmente a conciencia de mi parte, de mezclar novela negra con
ciencia-ficción.”
Recuerdo a Bolaño y su admiración por
los autores rusos de ciencia-ficción, una admiración que no nacía
del sentido de la maravilla por las ideas tecnológicas o
científicas, sino por una estética vintage basada en la esperanza
del ser humano por un futuro brillante y aventuroso. Y en su novela
Estrella Distante, uno de los personajes escribe relatos de
ciencia-ficción para oscuros fanzines, así como así. Así también,
la fascinación por los artefacos y métodos de la ciencia-ficción
ha arrebatado a muchos otros escritores como Michael Chabon con
novelas como Las aventuras de Kavalier and Clay (en la que se explora
la creación de un personaje de ciencia ficción, tal cual es
Superman) y El sindicato de policía Yiddish (una ucronía que mezcla
novela negra). Pero todos estos referentes no escribían directamente
ciencia-ficción, sino que se acercan a ella por su propio brillo de
oropel. Una estética que se introduce a la vena en forma temprana, a
través de las imágenes de seriales de televisión. Qué mejor forma
de develar esto que es por propia boca de Robles Martínez:
“Editorial Totec me envió un formulario y un catálogo con sus libros que eran de pequeño formato, de papel roneo, tal como los que se hacían en los años cincuenta. Libritos de no más de cien páginas que, según ellos, se vendían como pan caliente en el circuito (no tan reducido como se cree) de los lectores de ciencia-ficción. Las portadas de sus libros eran bastante rocambolescas, con los clásicos marcianos chillones saliendo de una nave o un enorme gorila con cabeza de serpiente aplastando con su pie a una ciudad.”
Aquí, la idea es que la
ciencia-ficción es tan rica como concepto que puede ser por sí
misma un objeto de deseo y exploración. Por que hay veces en
que los autores son más interesantes que su misma obra. Por ejeplo,
H. Beam Piper, un escritor de novelitas de space opera de los años
1970's, que vivía en un remolque y era guardia nocturno para el
ferrocarril. Su existencia no fue muy feliz por la cantidad de
enredos familiares y económicos que sufría, que lo llevaron al
suicidio creyéndose un fracasado. Pero no era así, lo que pasó fue
que su agente había muerto hacía un tiempo y nunca le comunicó las
ventas de sus obras. O está el personaje de la novela de Kurt
Vonnegut, Desayuno de Campeones, que está basado en el escritor de
ciencia ficción Theodore Sturgeon. El personaje es un escritor de
novelitas de CF muy famoso, con el detalle de que no lo sabe y es
pobre como una rata, que es invitado de honor por primera y única
vez a una convención de CF en un pueblo del medio oeste americano,
creo. Como no tiene dinero, el escritor se ve obligado a irse a pie,
lo que implica un viaje de muchos días maldurmiendo y peor comiendo.
Para su infortunio, llega al cierre de la convención.
La ciencia-ficción está llena de
estos ejemplos, pero que se anulan con el uso de la palabra espacial.
Es necesario ver a través de la ficción para ver esta otra ficción,
quizás más rica, que nos habla de la dicotomía de la miseria
humana y el futuro cósmico.
- La novela coral. Un monstruo con múltiples cabezas.
Pablo Rumel vuelve a decir en una
entrevista: “Me gusta esa esquizofrenia de asumir voces que no son
de uno. Yo creo, al revés de lo que dice Fernando Vallejo, que uno
sí puede impostar voces y comenzar a hacer hablar personajes que ni
remotamente se parecen a uno en la vida cotidiana. Soy un convencido
de que somos una pluralidad de yoes, siempre estamos cambiando. Nos
creemos el cuento de que somos sólo una persona y adoptamos una
única personalidad, cuando podríamos ser una multitud.”
La ficción coral es antigua. Recuerdo
a Rashomon, de Akutagawa, en donde un grupo de personajes relata un
mismo hecho desde sus propias perspectivas personales. Allí el juego
era cómo la verdad se acomodaba los intereses de cada quien.
Asimismo la novela de Rumel nos ofrece una imagen fractal del
escritor maldito y la realidad (que es solo un algo medio consensuado
entre todos) y cada parte es un todo infectado de miedo. Pero, en El
Secuestro, la intención cambia y se transforma en el testimonio de
una máquina invisible que tiene permiso para quebrantar almas
humanas, en pos de un objetivo último que nunca se dilucida. La
excusa es la entidad siniestra, pero en nuestra realidad, este
organismo es más siniestro y más mañoso. No nos mata directamente,
es más invisible, y nos entumece el cerebro con contenido más que
descartable en diarios, televisión y otros medios, nos hace trabajar
jornadas tan extensas que no nos permite ningún tiempo libre, nos
condena a deudas que cargamos de por vida y heredamos a inocentes.
Esto es un tipo peor de asesinato, el asesinato de generaciones
enteras por parte de un élite que maneja una maquinaria extensa para
su propio beneficio, para siempre estar arriba.
- Robles Martínez.
Jesús Robles Martínez, fue
ingeniero
mexicano,
así como pilar de las primeras organizaciones de estudiantes
politécnicos. Mientras que Pedro José Robles Martinez nació en
Caravaca de la Cruz y Miguel Angel Robles Martinez le llaman Mike, el
águila real de Irapuato. En tanto que Juan Robles Martinez es, o lo
fue, tesorero de la ciudad de Tlanepantla. Facebook está lleno de
estos ejemplos: Juan Carlos Robles Martinez, Alicia Robles Martinez,
Israel Robles Martinez, Jesús Robles Martinez, Carolina Robles
Martinez, Carlos Robles Martinez, Gloria Robles Martinez, Daniela
Robles Martinez, Javier Robles Martinez, José Robles Martinez,
Rodrigo Robles Martinez, David y Antonio Robles Martinez, Luis y
Santiago Robles Martinez, María Luisa Robles Martinez, Susana y
Mario Alberto Robles Martinez, José Joel y Alex Robles Martinez,
Jordi Robles Martinez, Margarita y Diana Robles Martinez. Por
último, Aurora Karina Robles Martinez, una chica que vive en Zapopan
y ha escrito dos libros de peces marinos e invertebrados.
Podría ser cualquiera, pero tengo la
sensación de que nunca lo vamos a saber. Sin embargo hay una
trilogía esperando a ser completada que lo tiene como protagonista.
La vida parece misteriosa así mirada.
Luis Saavedra. Junio.
Santiago de Chile.
No hay comentarios:
Publicar un comentario