29/10/14

Lesbilais; orgullosamente lesbiana, orgullosamente periférica


El libro Lesbilais; orgullosamente lesbiana, orgullosamente periférica supuso dos grandes desafíos, uno para la autora, y otra para la editorial, ya que Victoria Rubio, hace cinco años, empezó éste cómic de manera íntima, pero su persistencia y la de sus lectoras, hizo proyectar una idea bajo el contexto de las tribus urbanas de los pokemones, grind-core y pelolais, pasando por las dos presidencias de Bachelet y el alegre paso de Piñera, a mostrar la cotidianidad lésbica chilena.

De producción artesanal y amateur, Victoria se vio desafiada ante el desdén y la desidia de algunos de sus colegas, que no miraban con buenos ojos sus dibujos, además del desafío editorial, su primer título de novela gráfica en una empresa que funciona a pulso. La autora y la editorial comparten un mismo viaje, la profesionalización de su trabajo, pero por caminos distintos, Victoria como voz y autoridad autoral, perfeccionándose en idiomas y diplomados de diseño y demases; y Biblioteca de Chilenia, perfeccionándose, buscando autores y obras selectas, y posicionándose dentro de la marea de nuevas editoriales independientes.

Todos los eslabones, pero sobretodo la autora y el editor se ven inmersos en una marcha con plazo final, los nervios y el desvelo son rutina semanal, hasta dar con las 112 páginas de lesbianismo y humor, porque Lesbilais, en vez de victimizarse o quejarse, es una voz reivindicativa. Cualquier otra editorial hubiera objetado una bajada de libro tan largo como la planteada por la autora, pero nosotros no vimos eso, sino la epopeya y la aceptación del discurso homosexual femenino porque, tengo que decirlo, si hasta para hablar de homosexualidad somos falocéntricos, son hombres quienes hablan de lesbianas, son Lemebel, Castel y otros autores, todos desde lo masculino nombrando a la lesbiana como un caso aparte, escondido, en el último cajón del closet.

El trabajo editorial no empezó precisamente con la firma de un contrato, ni a última hora, como es la sed de publicar en muchas editoriales de vanidad, sino que hubo un discreto trabajo de posicionamiento, aventurándose aceptar el folletin, el pasquín y el fanzine como soporte artístico válido de expresión, en donde no se dudó en llevar dicho arte a la Furia del libro, a la Feria del libro independiente de Antofagasta, ni a la Primavera del libro y a la Comic-Con, la autora y el editor, con y sin la ausencia del uno y del otro, supieron responder a padres, madres, incluso niñas de seis años qué es una lesbiana y de qué trata Lesbilais, o Loreto poco hetero.

Con orgullo podemos decir que hemos crecido como editorial, pero con más orgullo podemos decir cómo hemos crecido. Claramente Victoria Rubio seguirá haciendo cómic autogestionado, pero ahora no desde la cuneta y para la cuneta, sino desde la cuneta para el país, y quién sabe en un futuro, si existe alguna traducción francesa o inglesa de su historieta, o que en el año 2015 esté en conversatorios sobre equidad de género y libertad sexual en alguna universidad pública.
Sin embargo, de algo estamos seguros: La autora y la editorial hablan desde la marginalidad, pero no con un mensaje exclusivo y excluyente, nuestra labor es itinerante, perseverante y apasionada, y así como Victoria parió su libro Lesbilais; orgullosamente lesbiana, orgullosamente periférica, la colección Historia gráfica crecerá para posicionar distintas problemáticas y realidades sociales, desde las viñetas, con su toque de humor, pero con toda la seriedad editorial que corresponda.

Muchas gracias a todas las lectoras y lectores de Lesbilais, de todos los rincones del mundo, y uníos.

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