Subir al subte y oír un
humorista de los malos siendo mejor remunerado que un flautista
traverso que aplaudí hace unos días. Que más da. Vamos camino
a movernos con el power de Oscar Hauyon. Y ya empieza la poesía,
junto a Emiliano declamamos Visiones de Inés de José Luis
Flores, mientras avanzábamos en la sangría de Puente Alto, ese tren
aéreo donde miramos faldas y cordilleras. Tomamos una micro vacía por dos minutos, conocimos ciclovías que funcionan de verdad, hubieron habitantes. A una cuadra
de la avenida principal la ciudad ya parece otra ciudad: una más
digna de recordar.
Llegamos al Ático bar,
Irarrazaval 1060, escaleras arriba, donde nos encontramos con Ángela Gonzalez (Enkeli), ilustradora de la portada de Narraciones Extravagentes para la biblioteca de Chilenia y José Luis Flores, el poeta de la
jornada, que se luciría más tarde junto al músico Oscar Hauyon. Ahí mismo
conseguí la firma para mi ejemplar de Visiones de Inés que compré hace
poco. Hablamos de la vida, de experiencias, y algo
que me interesa a mí más que a cualquiera: de las argentinas. Obvio que me anoté los buenos consejos de Ángela. Vivan las buenas
amigas.
La noche seguía, la buena música también y llegamos al otro hito chilénico de la tocata: Brigada de Negro, su cover para la convocatoria del tributo electrónico a Los Prisioneros llamado Azul Eléctrico, que fue admirado y aplaudido por todos los presentes. Hauyon hizo de la canción un cyborg oscuro y sincero, pura eléctrica ciudad. Ocultos en la niebla, en ese luz roja y negra del Ático bar. Atrás, la bandera de Chilenia y su estrella destacaban en la atmósfera, con la cruz de Santiago como un sol nocturno.
Haciendo Patria.
Me gusto... rapido como un flash, casi senti estar ahí
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