27/7/12

"10 cabezas", ensayo de Juan Calamares sobre "El secuestro de Robles Martínez"


“Toda historia tiene un reverso que no es posible traerlo a través del lenguaje. Todas las historias que leemos o nos cuentan, tienen un fondo o un anverso al cual no podemos acceder por el armazón de la palabra. Siempre hay una historia gemela que nació deforme o fue mal parida, y ésa es la verdadera historia, el clon imperfecto no narrado.”
El Diario en "El secuestro de Robles Martínez"

Así nos dice Robles Martínez en su diario íntimo, el oscuro protagonista de esta novela, el oscuro autor que reflexiona sobre literatura y vida en sus minutos finales. Aquel escritor devenido en escritor de ciencia ficción por frustración editorial y que construye historias extrañas que se parecen a Borges, que se parecen a Chesterton. El alma de esta novela es Borges, pero también es una oscura corporación, que utiliza a los poetas para predecir el futuro. La novela nos habla del secuestro de Robles Martínez, aquel escritor que ha ganado un certamen municipal, que es un pequeño escritor sin ambiciones de fama, pero que quizás ha revelado un secreto, porque muchas veces los escritores revelan secretos, sobre todo cuando son escritores de ciencia ficción. Esta novela igualmente trata de su búsqueda y trata además de un número de cabezas. 10 cabezas, donde también hay pseudo cabezas y donde también hay pseudo cuerpos. Aquí los policías utilizan métodos horribles y exprimen a seres vivos en siniestras mansiones. Son policías invisibles que "operan en la clandestinidad, que manejaba los medios de comunicación, la industria farmacéutica y tantas otras áreas” Organizaciones atroces como las de Flan O’Connor, cuyo precinto de policía es invisible al igual que la sede de la organización de Rumel.

Esta novela es atroz, porque se permite graficar la muerte. Y es atroz también porque nos habla de la locura, de la triste locura de aquellos que piensan que los libros son importantes, como lo afirma uno de los tristes locos de la novela, que asegura que la dominación partirá por los lectores, por que son influyentes, ¿Hay alguna forma mas extraña de locura? La novela igualmente es una trampa formal y es riesgosa. No suscribe a la ley sacrosanta de la amenidad (cuantos escritores de talento nos ha arrebatado la amenidad) La amenidad es mala, un libro debe marear, traicionar las expectativas del lector, desconcertarlo, hacerlo retroceder. No hay literatura sin muerte, sin pasión, sin confusión. "El secuestro de Robles Martínez" es todo eso pero también es una novela negra, que cumple con todos los requisitos del género. Una novela negra delirante, pero también es una novela de ciencia ficción, que por cierto, descree de la ciencia ficción, pero que está llena de ideas, como las novelas de John Varley, ideas de sobra para construir, mas argumentos, mas novelas: libros interminables, crematorios espantosos, mas espantosos por lo que se está cosiendo dentro, policías que escriben sobre policías, policías valientes, policías cobardes, policías poetas. Y entonces pienso que la literatura chilena debería ser "El secuestro de Robles Martínez", en lugar de "La razón de los amantes" y me entristezco, porque el grueso de los seres humanos del mundo entero piensa lo contrario, pero no importa. Contaminémonos de "El secuestro de Robles Martínez" hagamos literatura como esta. No temamos a las grandes editoriales, no temamos a la confusión de los lectores. No temamos a la PDI. Mejor hablemos, hablemos por ejemplo de una extraña mansión llena de cabezas, de un extraño ser humano, que tiene bien poco de ser humano y que está conectado a tubos y a un computador y que vive incómodamente en posición fetal, cual máquina de extraña procedencia, pero estoy revelando hechos importantes, así que mejor concluiré con broche de oro, con una idea sorprendente: la idea de un libro escrito a muchas manos, por muchos años y que finalmente llega a manos de un presidiario. Hermosa idea, mas hermosa aún por su corolario: en la solapa del libro se avisa que el presidiario ha quemado el original y que lo que el lector tiene en sus manos es solo una evocación del libro. Un falso libro de arena, un libro que es una anomalía, un libro que nunca pudo contarse, como este libro que tienen ustedes en sus manos. Como este , precisamente, un libro inenarrable, extraño y hermoso, un libro mutante como debe ser la novela moderna. Como Neuromante y"El hombre que fue Jueves" que de alguna manera se le parecen"Una caja que se abra a otra caja y a otra caja y así sucesivamente hasta el infinito o hasta el número 10, diez cabezas". "El secuestro de Robles Martinez "

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